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martes, 5 de diciembre de 2017

El Batman de Tom King 5: 'La Guerra de las Bromas y los Acertijos' (números 25 a 32 USA), con Mikel Janín y Clay Mann


Volvemos con la etapa actual del Hombre Murciélago, pero ha habido un cambio en la programación: mirad, llevo la serie a ritmo USA, no puedo esperar a que cada arco acabe en España para hacer la reseña, lo siento. Y como, total, las hago con SPOILERS, en todo momento son unos posts que vais a leer una vez ya tengáis leído el cómic, así que bueno, qué más da cuando sea eso. Además, me consta que no soy el único que sigue la serie según se va publicando en EEUU. Y por encima de todo, escribo este blog por mi propio disfrute así que hago lo que quiero, hala.
Dicho eso, hora de tratar el arco más "tocho" hasta ahora, una historia del pasado que Batman necesita contar para desvelarnos su más oscuro secreto. Encontraréis este arco a partir de la grapa 13 de la edición española.



Antes de pasar a esta historia del pasado, estaría bien recordar porqué la estamos viendo ahora, de dónde viene la serie, hacia dónde va, y ya que estamos me permito resumir mis impresiones hasta ahora y mencionar posibles carencias que haya pasado por alto y que... quizá en la historia que nos toca ahora hayan sido un poco más relevantes. Quizá.

Así pues, ¿dónde nos habíamos quedado? jeje...

 King embarcó al personaje en una sufrida aventura que le enfrentó a su mortalidad y a su propósito vital. Básicamente acabó preguntándose "¿qué estoy haciendo con mi vida?". Su papel como Batman quedó reforzado, pero por primera vez se pregunta (influenciado por un encuentro clave que tuvo lugar durante 'La Chapa', recordemos) si quizá debería atreverse a intentar ser feliz también. Su mayor requisito para ello es casarse con su gran amor, la única persona en el mundo con la que no se siente solo. Por una vez va a anteponer sus deseos a la cada vez más fina línea moral que le separa de Catwoman. Ya iba siendo hora. Pero antes de que ella se decida debe confesarle su mayor pecado. Lo cual cuadra con el enfoque más o menos existencial de esta etapa. Sin duda el punto fuerte de King, lo que me tiene fascinado, lo que ha hecho que vuelva a conectar a tope con Bruce, es ese énfasis en el lado más emocional del personaje. Y articular este enfoque y esta merecida búsqueda de la felicidad en torno a su romance con Catwoman, afianzándola a ella de paso como su indudable alma gemela y como uno de los personajes más importantes en la mitología de Batman, me parece sencillamente maravilloso.
Por otra parte, reconozco que lo más flojo puede ser la forma que tiene de atar los argumentos (que, eso sí, me parecen bastante chulos, la verdad), o de no hacerlo, mejor dicho. No lo digo en el sentido de que queden cosas en el aire, sino de que hay que aceptar sin más bastantes cosas, dar importantes saltos de lógica. Admito que esto del "todo vale" no es importante para mí mientras la progresión emocional y los personajes sí se sientan coherentes, reales y disfrutables, como es el caso, pero entiendo que para otros suponga una barrera. Pero vamos, que sí, que soy muy fan de esta etapa y... bueno, por eso la estoy reseñando.

Peeeeero... 'La Guerra de las Bromas y los Acertijos' es la primera, y de momento única vez a juzgar por lo que va después, en la que no estoy rotundamente A FAVOR de todo en general. Es extraño: es una historia francamente interesante, y se nota que aquí iniciamos una nueva "fase" porque, tras haber diseccionado al personaje, King empieza a añadirle nuevos elementos. Empieza a desarrollar el nuevo camino por el que quiere llevarle. Reconfigurando, por ahora, uno de los pilares de su psicología, como vemos al final de la historia. Sí. Historia ambiciosa. Interesante. Con hallazgos. Bondades con las que me explayaré más adelante. Pero primero quiero quitarme de encima los problemas que consiguen incomodarme.

Lo primero empieza como un halago: veréis, creo que King es muy bueno describiendo "estados mentales" a base de diálogo. La gente sana, como Alfred o Gordon, hablan de una manera bastante normal. Luego tenemos a Batman y a Catwoman, y ya se empieza a notar que no tienen la cocorota muy allá, cada uno dentro de su personalidad, por supuesto (y ella está algo más sana que él, seguramente). Y entonces tenemos a los villanos. Y hablan de una forma... insoportable. Nunca había sentido con tanta intensidad que son una panda de desquiciados. Eso es... bueno, supongo, pero... uf. Es que se hace insoportable, insisto. El Acertijo y el Joker, que son los que llevan la voz cantante en toda la historia, hablan a base de acertijos y chistes respectivamente. Acertijos y chistes que no aportan nada. Y si tenemos eso, todo el rato, en el arco más largo hasta ahora... pues oye, acabo harto. Y cuando dicen otra cosa también suelen ser idas de olla de pirado, así que no hay salvación. No siento que me estén contando gran cosa de los personajes con más presencia en la historia. Al menos la caracterización depresiva y sin risas del Joker es fresca y cobra sentido al final, pero el Acertijo es un peñazo. Es muy cabrón, peligroso y, efectivamente, el único enemigo de Batman más inteligente que él. Pero no es interesante. La cuestión es que quizá sea intencionado, viendo que en un momento dado el Joker dice muy acertadamente que a la hora de la verdad "¿a quién le importa el Acertijo?", reflexión respaldada por el final. Pero aun así, me resulta un lastre. Lo cual me frustra porque siempre me ha parecido un villano con potencial para ser de mis favoritos.

Todo lo negativo que he dicho e incluso problemillas habituales con King queda concentrado en el número de la cena. El momento en que la historia me empieza a cansar. Es una idea delirante y eso no me molesta, esto es Batman, todos están locos, pero... no sé. Dentro de una lógica, ¿no? Los villanos son un dolor, como ya he dicho, y además, que en esas circunstancias Bruce pueda mantenerse con su personalidad pública de Bruce Wayne, que realmente se tome el tiempo para escucharles y decidir de qué lado se va a poner hasta que pueda vencer a ambos... se me hace... demasiado. Posteriormente veremos a Batman luchar de parte del Acertijo y chirría, sí, pero es lo más conveniente para acabar rápido con la guerra y poder cumplir con su plan final. Es algo, en definitiva, que acabará teniendo sentido. Pero no necesitaba el número de la cena. Se me hace muy falso todo. Creo que se podría haber contado de otra forma cómo y porqué decide tomar partido. Me saca de la historia y ya me hace pensar cómo todo se podría haber contado de otra forma, y con mayor brevedad. Me hace ver que todo el arco tiene un tono extraño, narrando algo que es tan grave y dramático como absurdo y ridículo. Que entre pitos y flautas no acabo de conectar, vaya.

Pero ojo, nada de esto es grave. Sigue siendo una historia interesante que merece leerse. Me gusta que no se centre en la guerra en sí sino en la progresiva desesperación de Batman por no poder evitar tantos muertos, con la que conectas totalmente. Que sepa nombre y detalles personales de cada víctima es un gran detalle, muy Batman, y da un peso real a números tan asfixiantes como el del duelo entre Deathstroke y Deadshot. Estamos ante un Batman muy primerizo e impotente, lo cual explica bastante bien sus actos al final.

De todas formas, el verdadero anclaje emocional en esta historia... es el Hombre Cometa. Ese villano de pacotilla que ha tenido varias apariciones a lo largo de la serie. Aquí conocemos su historia, y es el apartado de este arco con el que no tengo problema alguno. Perfección. Mil aplausos a Tom King. En tan solo el par de números que le dedican queda formado un personaje totalmente vivo y cuya tragedia te golpea como un misil. Dejad que insista: Tom King hace que lloremos por EL HOMBRE COMETA. Un pobre perdedor, el último eslabón en la cadena alimenticia de la vida, a quien Joker, Batman y especialmente el Acertijo joden para siempre. Y lo mejor es que este tristísimo personaje no está ahí por estar, sino que acaba siendo la pieza clave de todo.

Primero, resulta ser el as en la manga de Batman para derrotar al Acertijo. Ok, todo cuadra, final satisfactorio. Pero espera. Resulta que todo formaba parte del plan del Acertijo. Quería perder, y gracias al Hombre Cometa. Para ver si así el Joker se ríe por fin. La revelación de que toda la guerra ha sido básicamente para contar un chiste ya es un giro fabuloso que eleva la historia, porque de pronto el Acertijo es mucho más chiflado y repugnante. Tanta muerte, incluida la del hijo del Hombre Cometa, para resolver el enigma que supone la depresión del Joker. Por lo que a mí respecta, esto es un pedazo de giro, de esos que cuadran a la perfección en un mundo como el de Batman y con un villano como el Acertijo. Pero el Joker sigue sin reírse. Y aún nos queda saber qué fue eso tan terrible que hizo Batman.
Bueno, recordemos lo hecho polvo que estaba por esta guerra. Y entonces, este Batman, hundido e inexperto, descubre que toda esa gente ha muerto... por una coña.

Y al final, efectivamente, a quién le importa el Acertijo. Esto va de Batman y Joker. Y el descubrimiento de un secreto que seguramente ningún otro autor vuelva a mencionar y acabe olvidándose, pero que a mí me parece fascinante en su sencillez: un joven Batman, roto de ira y dolor, intentó matar a un ser despreciable de crueldad incalculable. Y el Joker, EL JOKER, se lo impidió. Porque... por supuesto. Sabe que el mayor ataque posible contra Batman es meterle una idea en la cabeza: "si sigues siendo un héroe íntegro e incorruptible... es gracias a mí". Y eso, jugar con Batman de esa manera, para el Joker... es tronchante.

Cuanto más lo pienso más retorcido y brillante me parece y más cuadra con la relación que conocemos entre héroe y villano. Esto, junto con lo del plan real del Acertijo, justifica toda la historia y sus inconvenientes. No sé explicarlo, pero este apoteósico último número es... puro cómic de Batman. Entre eso y la historia del Hombre Cometa, la valoración general de la historia ha de ser indudablemente positiva.

Y aún nos queda saber qué opina Selina de este secreto que Bruce no le ha contado a nadie más. Su respuesta es la única posible: qué más da. Eso nos devuelve al enfoque de esta etapa. Bruce se libera de un peso que llevaba años cargando, porque si bien esta revelación es trágica y tiene unas implicaciones que le han marcado de por vida, eso no debe impedirle intentar seguir adelante, que es el gran objetivo en esta nueva fase de la serie. Y Selina está dispuesta a ayudarle. Le quita hierro a este triste descubrimiento y, por supuesto, acepta la propuesta de matrimonio. El futuro es lo que importa, no los traumas pasados que les han dado forma a ambos.

Antes de pasar a las conclusiones finales, un pequeño comentario sobre el dibujo: siento algo extraño por Mikel Janín. Me parece francamente espectacular, pero nunca me quito la sensación de que hay... falta de vida en su estilo. Es como si el realismo del que hace gala acabase cayendo en el Valle Inquietante. Sus personajes me parecen... no sé, como si hubiesen hecho capturas de una animación CGI hiperrealista. Narra bien, dibuja increíble, pero, y es muy posible que también influya en esto la textura que da el color de June Chung, se acerca demasiado a la realidad y me pone incómodo. Admito que prefiero el estilo, mucho más tradicional, de Clay Mann (con color de Gabe Eltaeb) en los números dedicados al Hombre Cometa. ¿En qué medida habrán influenciado los dibujantes mi disfrute de este arco? no lo sé, pero ya es casualidad que mis partes favoritas de la historia tengan un dibujo más de mi gusto...

Y eso es todo. En resumen: historia irregular pero con un núcleo emocional espléndido (el Hombre Cometa, claro) y una revelación que aunque acabaremos olvidando, me parece tremendamente interesante. Eso en cuanto al pasado. El futuro... me entusiasma. Batman se va a casar. ¡Batman se va a casar! ¡con Catwoman! sí, ya se casaron en Tierra-2 en los tiempos anteriores a 'Crisis en Tierras Infinitas', pero leñe, esta es la versión canónica de los personajes, y se van a casar. Rezo porque todo salga bien...

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