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viernes, 12 de mayo de 2017
La Wonder Woman de George Pérez
Se acerca el estreno de 'Wonder Woman', peli con la que no puedo cruzar más fuerte los dedos para que sea buena y marque un camino de redención para el universo DC en el cine. Pero de momento, creo oportuno recomendaros el único cómic que de verdad necesitáis para conocer plenamente al personaje antes del estreno. Intentaré no extenderme mucho y no desvelar nada porque vale mucho descubrir por uno mismo lo que ofrece el tebeo.
Ojo, también recomiendo otros cómics de Wonder Woman, los menciono aquí, pero esto... esto es lo gordo, lo mítico, lo básico. Un reboot propiciado por el famoso evento 'Crisis en Tierras Infinitas' que, como el Superman de John Byrne, sirve para narrar desde 0 toda la historia del personaje. E incluso tantos años después, por mucho que desde 2011 ya no sea canon, hay una clara sensación de que esta es la Wonder Woman definitiva. Todo en esta etapa parece destinado a construirla como tal. Conviene tener esto claro: no estamos ante un tebeo de superhéroes, exactamente. Las tramas culebronescas y la sucesión de villanos y aventuras no son el principal interés de Pérez y sus imprescindibles colaboradores (el guionista Len Wein o la editora Karen Berger, entre otros). A lo largo del tomo de 14 números editado por ECC que he leído, que viene a ser el primer gran arco de esta etapa, una historia completa, la escala es relativamente pequeña en lo que a cantidad de acontecimientos se refiere. Hay enemigos y acción, claro, pero sin duda es un cómic pausado y denso donde prima contar una historia rica y con profundidad en un mundo construido con meticulosidad. Y es ahí donde el relato se percibe como gigantesco. Más que ir viendo las aventuras de nuestra heroína junto a su vida personal, lo fórmula infalible de los superhéroes, lo que tenemos aquí es la detallada explicación de quién es Wonder Woman. Lo cual, por las características del personaje, no es introspectivo sino épico en el sentido más literal. Una heroína de leyenda con un impacto enorme en el mundo contemporáneo al que llega y con una misión vital inconmensurable. Eso es más que una simple historia de orígenes, y el cómic le da la relevancia, el detalle, el mimo y la profundidad que merece, número a número.
Ya he comentado alguna vez que los cómics de esta época no se valían de la narrativa visual tanto como los de ahora, apoyándose mucho más en el texto, pero este caso me resulta especialmente... literario, sin por ello restar espectacularidad al dibujo. Pero es que tanto el texto como las viñetas trabajan mano a mano para que cada momento perdure y nos proporcione una buena cantidad de información y matices emocionales o temáticos. Cada acontecimiento, personaje y diálogo son una pieza importante que merece su espacio y que va añadiendo capas. El ejemplo más claro es un apoteósico primer número que en tan solo 32 páginas narra una auténtica epopeya.
Con la mitología griega, muy estudiada, como base, nos narran con sumo detalle la épica historia de las amazonas con tono de verdadero relato mitológico, pues su protagonista no aparecerá hasta las últimas páginas, momento en el que la narración empieza a alcanzar el presente. Hay que remontarse, sí, porque al fin y al cabo para hablar de Diana antes es necesario hablar de toda una increíble y sufrida civilización, y antes, de los mismísimos dioses, con tanto poder y tan poco control real. El peso de cada evento del relato es enorme, con decisiones, tragedias y actos que tienen relevancia a través de los siglos por los que vamos avanzando.
Una idea, un ideal, como núcleo: en un mundo siempre al borde del desastre por la violencia del hombre y la incompetencia de los dioses, tal vez la mujer perfecta y definitiva, que por fin obtendría la oportunidad negada por los hombres, sea la única salvación de la humanidad. Así, las amazonas son la arriesgada apuesta, el sueño, de unas diosas ignoradas por Zeus y amenazadas, al igual que el resto de dioses y mortales, por el temible Ares, aportando a todo lo que veremos a partir de aquí una grandeza incomparable. No se trata de una simple heroína, sino de una lucha de dioses (con una carga temática clara y enorme) en la que está en juego el mundo entero. Así, Diana se convierte en el último eslabón de una inmensa cadena. Fantasía heroica de manual: una heroína pura, inocente, fuerte y valiente, elegida para un propósito más grande que la vida. Retos imposibles impuestos por unos dioses que pondrán a prueba la fe de nuestra protagonista. Y la búsqueda del destino, de la verdadera identidad, como conflicto personal básico.
Lo que hace al tebeo tan rico es que se detiene y da contexto, profundidad, a aquellos afectados por la odisea de Diana, tanto los que formaban parte de esta historia antes que ella, dioses y amazonas, como los humanos que se ven envueltos tras su llegada al mundo del hombre.
Aquí vuelve a ser evidente el cuidado que pusieron Pérez y compañía, porque pocos ejemplos de "superhéroe se da a conocer" se me ocurren mejor pensados que este caso. La barrera del idioma, usada para perfilar la agudeza de Diana. El origen del nombre superheroico, con referencias a Superman lógicas y muy bien traídas. La brillante forma, que no desvelaré, de convertir a Wonder Woman en un icono inmediato dentro de este universo. El inevitable choque entre lo que supone la existencia de Wonder Woman y el machismo, las tensiones políticas entre países y las quejas de grupos religiosos, que ponen de manifiesto esa inocencia y esas dudas del personaje con respecto a su propósito que la humanizan y nos muestran que además de tener las infinitas cualidades de todo héroe clásico también es solo una cría un tanto perdida. Ojo también a la maravillosa forma de unir a Diana con Steve Trevor, en absoluto romántica y sí mucho más espiritual, así como al mundo del hombre y a Estados Unidos en particular. Y no sé, pequeños detalles que la van perfilando: que Diana ni se plantee tener una identidad secreta porque ¿cómo podría pedir que confíen en ella entonces? Que (de momento) no quiera unirse a la Liga de la Justicia porque eso significaría que para imponer orden y justicia hace falta violencia. Este es un punto interesante, porque Diana desaprueba por completo el uso de la violencia, tan común en el mundo del hombre, pero... es una guerrera. Se pega con monstruos y mata a un par. La eterna contradicción del personaje, pero al menos aquí veo una explicación: Wonder Woman se enfrenta a monstruos y dioses mitológicos de pura maldad, no a villanos mortales del mundo del hombre. Para Diana este mundo es como una clase llena de niños a los que enseñar, y aún no conoce los horrores de los que es capaz el ser humano. Así que nada que objetar. Además, incluso con esos monstruos su primera opción nunca es atacar, y la resolución de sus mayores retos dejan muy claro cuál es la esencia de Wonder Woman y porqué el Lazo de la Verdad es su arma por excelencia y no espadas o hachas, de las cuales apenas hace uso aquí: el mayor poder de Wonder Woman, hecho materia por el Lazo, es la compasión, la empatía y la capacidad de establecer un sincero entendimiento con su enemigo. Por eso Wonder Woman es uno de los personajes del tebeo superheroico más especiales que hay, y este cómic lo refleja a la perfección.
Conviene mencionar brevemente algunos puntos débiles, presentes solo en la recta final. Hay algo relativo a Heracles, a quien no veíamos desde su terrible papel en el primer número que, si bien me parece más o menos apropiado para reflejar el mensaje de la obra, se trata de forma demasiado simple y se lleva un poco demasiado lejos.
El tie-in con el evento de aquella época, Millennium, aunque muy leve, es un pegote. Y en general creo que en los dos números anteriores al final hay como demasiada información de golpe y un par de giros que quizá requieran más explicación.
Todo lo demás está bien. De verdad. Incluido el dibujo, faltaría más. Es George Pérez. Ni siquiera importa que su estilo no me parezca especialmente "bonito". Es tan detallista y tan bueno planificando cada viñeta y cada página que te abruma.
Nada más que decir, no quiero caer en los spoilers. Creo que es muy buen momento para descubrir a la superheroína por excelencia, y como no me fío de lo que hagan en la peli, y la versión de 2011, si bien de calidad, propone cambios cuestionables, me parece apropiado acudir al clasicazo absoluto que mejor la da a conocer. Seguramente uno de mis tebeos favoritos de DC. No os lo perdáis.
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